lunes, 31 de marzo de 2008

Bandidos rurales
El conflicto entre los sectores del campo y el gobierno de CFK es una buena noticia desde el punto de vista que invita a reflexionar, tratando de ir un poco mas allá de la coyuntura puntual para abordar algunos de los temas que quizá por ser los mas importantes son los menos mencionados en los medios masivos de comunicación.
Como primera medida explicito mi apoyo total a las medidas del gobierno para con el sector del agro ya que las considero un acto de justicia redistributiva y la primera gran política de estado que se propone poner fin a la siniestra paradoja del hambre en un país productor de alimentos.
Aclarado esto, expondré brevemente la lógica del surgimiento de los estados nacionales de forma teórica para luego hacer una breve reseña histórica del surgimiento y desarrollo del estado argentino. Todo esto con el objetivo de conocer quien es quien en esta puja gobierno-campo, y atribuir derechos y responsabilidades.
Los teóricos contractualistas (Hobbs, Locke, Rosseaau) establecen el origen de los estados como forma de salir del estado de naturaleza de los hombres para vivir en sociedad, este supuesto establece que en el principio de los tiempos, los hombres vivían en un estado de libertad total, sin leyes, ni jerarquías, esta situación anárquica generaba la supremacía de los mas fuertes sobre los mas débiles, con el consecuente temor, incertidumbre e inestabilidad.
Para salir de esta situación, los hombres, en pleno uso de sus facultades mentales, deciden resignar una porción de aquella libertad absoluta, para entregarla en una institución que les garantice una instancia superior a quien recurrir en caso de atropello por parte de otros hombres, esta institución es el estado.
Esta explicación teórica del nacimiento de los estados, puede aplicarse al caso histórico del advenimiento y desarrollo del estado argentino. Luego de la independencia de España, nuestro país entra en un periodo que la literatura tradicional llama anarquía, ( el mismo término que los teóricos utilizaban para la situación de los hombres en el principio de los tiempos), esta anarquía no era mas que la lucha entre el poder político de Buenos Aires y los caudillos federales del interior del país por la hegemonía del naciente estado nacional. Luego de casi un siglo de guerras entre estos, se imponen los sectores agrícolas de Buenos Aires que derriban a los estados provinciales y construyen un verdadero estado nacional a su imagen y semejanza.
Volviendo a la explicación teórica, ¿Por qué el sector triunfante habría de ceder parte de su libertad conformando un estado? podríamos preguntarnos, la respuesta es simple, hasta el mas fuerte teme dejar de serlo, y generar una institución a su imagen y semejanza es la forma mantener su fuerza en el tiempo.
Eso pensaron los ganaderos porteños triunfantes, generar un estado nacional, con un ejército profesional y regular que le permita salvaguardar sus intereses y propiedades del resto de la población, a cambio ellos se comprometían aportar una porción de sus ganancias para el mantenimiento de este y garantizar la paz social indispensable para hacer negocios.
El problema comienza en el pequeño detalle que “el estado somos todos”, es como un cuadrilatero sin salida en el cual los fuertes y los débiles se encuentran para dirimir sus intereses encontrados, el fuerte por lógica generalmente se impone, pero el débil nunca se cae del ring, y de vez cuando mete una mano, esperando que sea de nocaut.
El precio que tuvo que pagar la el sector agrario para poner a trabajar todos los recursos del país, materiales y humanos en sus propio beneficio, fue la creación del estado argentino.
El tiempo ha pasado, el mundo, el estado argentino, y la sociedad argentina no son los mismos, pero algunos sectores del campo siguen pensando que el resto de los argentinos le debemos algo, cuando ha sido el estado quien les ha construido puertos, caminos, respetado sus propiedades, educado a sus hijos, curado a sus enfermos y salvado de la quiebra en repetidas oportunidades, los argentinos levantamos sus cosechas y consumimos sus productos en época de vacas flacas y soportamos su soberbia y la fuga de capitales en época de vacas gordas.
Lo mejor que puede hacer el campo, si tiene algún grado de sensibilidad social y conocimiento histórico es aceptar estas retenciones como un precio de ganga ante una porción de la sociedad que pasa hambre mientras ustedes tiran o dejan pudrir los alimentos, y que a pesar de todo sigue respetando el estado de derecho que inventaron para hacer sus negocios cueste lo que cueste.
HERNAN PEREZ

No hay comentarios: