viernes, 4 de abril de 2008

De eso no se habla
El conflicto con el campo entró en un compás de espera, 30 días que nos darán aire a todos, a los desavastecidos para dejar de serlo, habrá que ver a que precio. Al campo para levantar la cosecha y los dolares. Al gobierno para respirar luego de la crisis mas grande desde los k.
Este episodio ha servido, desde mi optica, para dar cuenta de dos caracterisiticas que tenemos los argentinos y que cada tanto salen a la luz. Cuanto hablamos y que poco decimos y de dialogar ni hablar.
Cuanto hablamos, desde expertos, pseuo expertos, expertos ocasionales y sabelotodo que nada saben, hasta gente informada y mal intencionada y gente desinformada y bien intencionada. Todos hablamos del campo, por dos semanas fuimos ingenieros agrónomos, si hubiese pasado por la facultad de agronomía hubiese pedido el título. Esta caracteristica la de ser expertos en todo podriamos decir que es hasta pintoresca y la menos perjudicial para nuestro país.
Peor que hablar mucho es no decir nada, aunque estan intimamente ligadas, quien nada tiene para decir, se enfrenta ante la disyuntiva de quedarse callado o hablar sin decir. Sabemos que a los argentinos no nos gusta quedarnos callados, entonces hablamos pero no decimos nada.
Este recurso, de hablar sin decir se escucho hasta el hartazgo en el conflicto del campo.
El gobierno hablo de golpe, de desestabilización, de piquete de la abundancia, de mensajes cuasi mafiosos. En fin, no dijo nada, evidenciando un grave problema de comunicación o la intensión de no comunicar. Evitó hablar de la concentración de las tierras en pocas manos trasnacionales, hasta que llevado por los acontecimientos tuvo que hacerlo. No dijo que el modelo sojero demonizado es el principal ingreso de la caja disciplinadora de gobernadores e intendentes. En fin el gobierno no dijo lo que debía por el riesgo de empantanarse en sus propias contradicciones. Como muestra basta un botón, la presidenta acusa de oposición a los grandes medios de comunicación a los cuales les renovó la licencia, dejando pasar una oportunidad de acabar con el monopolio de la información, privando a los cuidadanos del derecho a la misma.
El campo tampoco fue claro, no reconoció los beneficios obtenidos durante el periodo k, ni los salvatages económicos de los sucesivos gobiernos, este inclusive. No se sinceró ante una sociedad a la que muchos chacareros grandes y chicos consideran en el mejor de los casos como consumidores y en el peor como parasitos del agro o costo de producción, esto no me lo contaron, lo presencié.
Los chacareros tampoco dejaron en claro que estaban en la ruta por dinero, igual que muchos en la plaza de Cristina, la diferencia es que en la plaza estaban por un chori o un vino, en el campo estaban por mucha mas, o alguien piensa que los chacareros lo hacían por un proyecto de país, inclusivo y democratico. No señor, estamos aqui por dinero, deberían confesar, para levantar nuestras hipotecas o comprar semillas en el caso de los chicos, para levantarla con pala en el caso de los grandes. En esta sociedad donde todo se hace por dinero nadie se escandalizaría, es mas sería un ejercicio de sinceridad que muchos sectores valorarían.
Tampoco quiero con esto caer en una ingenuidad infantil, se que esto es polítca y tanto el gobierno como el campo deben revestir sus reclamos sectoriales de legitimidad ante la sociedad y para ello apelan a estos artilugios de distracción y ocultamiento, esto es tan viejo como la política.
Pero en un país donde historicamente, nada es lo que parece, ya que los liberales son conservadores, la izquierda es estatista, los radicales son moderados, los polícias son ladrones, la revoluciones productivas son improductivas, los salariazos son miseriazos, los bancos piden creditos pero no losotorgan etc. Un poco de coherencia entre lo que se dice y lo que se habla sería un buen comienzo para tomar un camino mucho mas difícil el de la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. En este país sería algo realmente novedoso.

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